Los Alpes suizos son uno de esos lugares ampliamente agraciados por la Naturaleza. Poseen multitud de rincones donde se puede palpar, casi tocar, la admiración y el éxtasis que siente, cuando lo visita, cualquier amante de la montaña, de la Naturaleza, sean escaladores, senderistas, caminantes o simples turistas de viajes organizados,
Una de estas maravillas es la JUNGFRAUJOCH, el mundo de hielo, desde el que se desborda a lo largo de sus 22 kilómetros, el glaciar ALESTCH, el más largo de la Europa Continental.
JUNGFRAUJOCH
En este fascinante lugar, al que se accede mediante un servicio de ferrocarril, el JUNGFRAUBAHN, se encuentra una estación de tren, la JUNGFRAUJOCH, situada a 3.454 m. de altitud, siendo por ello, la más alta de Europa.
La historia de la construcción de este trayecto ferroviario es espectacular. A finales del siglo XIX, durante una caminata por la zona, el industrial suizo Adolf Guller-Zeeller, llamado "El Rey de los ferrocarriles" tiene una idea; abrir un túnel a través del Eiger y el Mönch para construir un ferrocarril de cremallera hasta la Jungfrau. Inmediatamente toda las poblaciones cercanas le apoyan conscientes del potencial turistico que tiene la zona.
El 20 de Diciembre de 1893, el industrial presenta la solicitud de concesión para el trayecto. Un año después, en 1894 el Parlamento Suizo, le otorga la concesión.
El 27 de Julio de 1896 se inicia la construcción.
Todos los trabajadores de la obra son Italianos, perciben 4,60 francos suizos por dia trabajado ( Unos 5 euros de hoy, sin contar la inflación).
Durante las obras perecieron mas de una veintena, todos italianos muy jóvenes. Uno de los pasillos del TOUR, dedica un homenaje a todos estos trabajadores, a los que perecieron en accidentes de trabajo en particular y a todos sus compañeros en general.
Las obras estuvieron suspendidas durante dos años por problemas económicos, también hubo algunas huelgas por parte de los trabajadores, que terminaban en despidos y nuevo reclutamiento de obreros.
Por fin, el 21 de Febrero de 1912 se logra acabar la perforación de la estación final y el 1 de Agosto del mismo año, después de 16 años de trabajos, se inaugura la JUNGFRAUJOCH.
Desde entonces, durante los 107 años transcurridos, el tren cremallera ha transportado a millones de viajeros de todo el mundo, hasta ese fantástico lugar.
El mantenimiento de la vía férrea y las medidas de seguridad son meticulosas y extremas. Como curiosidad comentar que cada semana, sin fallar ni una sola, un técnico especialista de la compañía del ferrocarril, hace a pie el recorrido de mas de 9 kilómetros a través del tendido comprobando personalmente "in situ", que todos los elementos de la línea estén en perfecto estado.
Restaurante de la zona en los años 20
del siglo pasado.
Hace 100 años la masa de hielo era imponente
La primera estación meteorológica en la zona
a principios del siglo XX
Uno de los primeros miradores abiertos en el túnel del
Eiger
Trabajadores durante las obras
Este lugar, la Jungfraujoch, como comento más arriba, es una muestra de la visión y consciencia que tenían ya desde el siglo XIX las autoridades suizas de la belleza de su país, poniéndose manos a la obra para construir todos los accesos necesarios para que estas maravillas estuvieran al alcance de todos los que las quisieran contemplar, lo cual además ha contribuido a aumentar la riqueza económica del país, puesto que a pesar de su escaso tamaño es uno de los más visitados del mundo.
Ahí, en la Jungfraujoch el visitante puede disfrutar de un completo TOUR desde la llegada a la estación, que comprende Visita por el interior del glaciar, Cine Panorámico en 360º que ofrece unas imagenes espectaculares de los Alpes, Tiendas Variadas de Souvenirs, Chocolates, Textil, etc. Restaurante, Varios miradores y un Observatorio Astronómico sobre el mirador más alto.
También zonas fuera del recinto para "pisar" el glaciar, Una Zona de Ocio, donde se pueden realizar varias actividades lúdicas y también donde contratar un Servicio De Guías para hacer un recorrido por el glaciar, cosa en este caso muy recomendable si no se tiene experiencia en caminar por glaciares con sus peligrosas y a veces ocultas, grietas.
Viniendo desde el sur de Suiza, por el cantón del VALAIS, para llegar hasta GRINDEWALD, población que se encuentra prácticamente a la falda de la mítica cara norte del EIGER y desde donde se toma el primer tren, hay que atravesar los Alpes Berneses. Para ello se dispone de un tren porta-coches, que facilita a través de un túnel, hacerlo con comodidad sobre todo en Invierno, cuando la mayoría de los pasos montañosos se encuentran cerrados al tráfico.
Llegados a Grindewald se inicia el recorrido en tren hasta la estación de KLEINE SCHEIDEGG a 2.061 m. de altura. Aquí, se hace transbordo a un tren cremallera que es el que por el interior del EIGER nos llevara hasta la Jungfraujoch.
GRINDEWALD
Kleine Scheidegg
frente a la imponente cara Norte del Eiger
Las líneas rojas discontinuas muestran el recorrido del tren cremallera por el interior del Eiger
La estación de la Jungfraujoch se encuentra situada entre los dos colosos alpinos de la zona: MÖNCH, 4.107 m. y JUNGFRAU, 4.158 m. , una vez franqueado por dentro el tercer coloso: EIGER, 3.970 m.
Una de las visiones mas espectaculares, prácticamente en 360º, se obtienen desde el mirador más alto de todo el recinto, a los pies del observatorio astronómico que remata el edificio.
Cuando visites la Jungfraujoch, amigo caminante, La Compañía del JUNGFRAUBAHN, te facilitara el llamado "PASAPORTE JUNGFRAUBAHNEN" que certifica que has visitado el lugar.
Una vez disfrutado de todas las sensaciones que este fantástico mundo de hielo te ofrece toca regresar, y el paseo en tren, bajando hacia Grindewald cuando salimos del túnel es un placer para los sentidos, por el panorama que se abre ante nuestros ojos.
Como conclusión, amigos, si sois montañeros, senderistas, caminantes, turistas y/o amantes de las maravillas que nuestro planeta contiene, no podéis dejar de visitar este lugar en cuanto tengáis ocasión.
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