Hace 218 años, exactamente un 6 de Agosto de 1802 dos guías, LAURENS DE BARÈGES y GRÈGOIRE TAULAT " RONDO" acompañados de un pastor aragonés, logran poner pie en la cumbre del Monte Perdido, que en aquella época con sus 3.355 metros estaba considerado el más alto de la cadena Pirenaica. Con ello han desobedecido las órdenes de RAMOND DE CARBONNIÈRES, que les ha contratado para que busquen una ruta de aproximación y que vuelvan a informarle ya que él quiere tener el honor de ser el primero que lo consiga y pasar a la historia igual que SAUSSURE ha pasado gracias a su conquista del MONT BLANC en 1786.
RAMOND, ( 1755-1827 ) es un politico, filosofo, botánico y geólogo que por un encargo del Cardenal de Rohan tiene que viajar a Baréges en 1787, allí descubre el Pirineo que se convertirá en su gran pasión. Regresará a Baréges en 1792. Su estancia será ahora mucho más larga y fructífera por lo que será reconocido como el primer gran PIRINEISTA.
RAMOND DE CABONNIERES
Es evidente que si un pastor aragonés acompañó a los dos guías hasta la cumbre es porque conocía el camino, al igual que también pastores de TORLA, FANLO y otros pueblos de la zona lo debían conocer y habrían subido al Monte Perdido y también otros antes que ellos.
Por ejemplo, en 1785 ESPAÑA y FRANCIA deciden crear un grupo de trabajo para cartografiar con más exactitud los limites fronterizos entre ambos países. Por parte Española dirigirá los trabajos el capitán VICENTE HEREDIA, (1774-1808). Por parte Francesa serán encomendados a un oficial de origen alemán llamado REINHARD JUNKER, con el que Heredia tuvo un buen entendimiento a lo largo de todo el proceso.
Lamentablemente Heredia dejo poca constancia escrita de sus trabajos, lo poco que sabemos es gracias a Junker que conservó todos los comunicados que el español le remitía. Así sabemos que en Agosto de 1790 Heredia, acompañado de ayudantes ascendió muy cerca de Panticosa al pico de ALGAS (3023 mts.) para realizar unos trabajos. Este pico forma parte de una trilogía de tres miles en la misma zona, de la que forman parte el GARMO NEGRO (3064), y el ARGUALAS (3046)
Pico de Algas
Fotografia de: José Antonio Burón
Asimismo sabemos que el capitán al año siguiente estuvo trabajando por la zona del Monte Perdido. Nuevamente conocemos a través de Junker que en Agosto de 1791, once años antes que Laurens y Rondo pisaran la cumbre, estableció una estación geodésica en una cumbre de las TRES SORORES.
Se cree que debió ser en el Monte Perdido por dos razones; es el más alto y el más accesible de los tres. El mérito de Laurens y Rondo consiste en tratarse de la primera ascensión documentada de la que existe constancia.
Volviendo a Ramond, este se desplaza a GAVARNIE para iniciar sus trabajos geológicos. Desde allí contempla la montaña que se va a convertir en su obsesión desde ese momento; el MONTE PERDIDO. Intentara encontrar un camino para acceder a su cima.
Pero esta es una montaña peculiar. Desde lejanas distancias, su cara Norte, la que él ve desde Francia, es visible con facilidad pero desaparece a medida que te aproximas a ella. Sin embargo desde su cara Sur se divisa desde decenas de kilómetros de distancia sin desaparecer en ningún momento. Por ello la bautizará como MONT PERDU, nombre que hace fortuna y con el que llega hasta nuestros días.
Cara Sur desde el Cañon de Arazas.
Ramond, inicia la búsqueda de un camino para la ascensión por el Circo de Estaubé y descubre la canal-corredor de la BRECHA DE TUCARROYA. Acompañado de varios ayudantes y equipados con un rudimentario y pesado material, consiguen ascender por el helado corredor y llegar hasta el corte de la Brecha.
Allí, agotados por el esfuerzo, mudos por la emoción y el asombro, contemplan el fascinante espectáculo de la cara norte del Monte Perdido con su magnifico Glaciar, y las impresionantes moles del CILINDRO y el PICO DE AÑISCLO escoltándole. Años después y en su honor, este último será bautizado por parte francesa como SOUM DE RAMOND.
Del glaciar se desprenden enormes SERACS , a sus pies avistan los Llanos de Marboré inundados de estos enormes bloques de hielo, y muy cerca de la Brecha, el lago helado de Marboré. El historiador BERALDI, ha denominado a este como " El momento culminante del Pireneismo"
Canal helada que ascendió Ramond hasta la Brecha
La Brecha vista desde Los LLanos de Marboré
Diferentes tipos de Seracs, similares a los vistos por Ramond
Hoy en día, desaparecidos los bloques de hielo, los rebecos son los "amos" de Los LLanos.
Ramond en uno de sus innumerables escritos confiesa que fue una suerte el hecho de convertirse en los primeros en llegar hasta la Brecha, ya que durante la ascensión estuvieron varias veces a punto de volverse y que si no lo hicieron fue por el temor a resbalar bajando por aquella pendiente de hielo.
Hay que tener en cuenta que, por ejemplo, en nuestros días podemos llegar a la zona de Torla a la entrada del Parque Natural Ordesa-Monte Perdido desde Madrid o Barcelona, en poco más de tres horas. En nuestro maletero podemos transportar el equipo necesario para las ascensiones.
Ropas livianas, confortables e impermeables gracias al GORE-TEX, botas con el mismo material impermeable y suelas tipo VIBRAM que proporcionan una eficaz adherencia evitando con ello inoportunos resbalones, también crampones, piolets y todo tipo de artilugios que utilizan los escaladores, como cuerdas, mosquetones, arneses, anclajes etc. fabricados con materiales ligeros y muy resistentes.
Por si fuera poco además contamos con GPS y aplicaciones que nos proporcionan TRACKS con recorridos completos aportados por otros montañeros y senderistas, que solo debemos seguir para llegar a nuestro destino, con lo cual prácticamente no necesitamos los mapas topográficos y las guías montañeras que se utilizaban hasta hace bien poco.
Hace más de dos siglos, Ramond no disponía de nada de esto. Para trasladar lo necesario para su labor, necesitaba varias horas para transportar en mulos su equipo por un camino desde Baréges hasta Gavarnie ( 27 Kms. de distancia actualmente)
Las ropas de abrigo que utilizaban eran habitualmente de pana. Prendas que no traspiraban y ninguna impermeables. Botas de clavos, que por según que superficie, tenían que quitárselas para poder avanzar sin riesgo a la caída. Los piolets eran grandes y pesados.
En fin, que no es extraño que Ramond y sus acompañante decidieran no volverse por aquella empinada canal de hielo. Así, que una vez descansados, bajan por la Brecha hasta el lago y desde allí a Pineta y por el collado del mismo nombre entran en Estaubé en Francia.
Por fin ha visto desde la Brecha una posible via de ascensión al Monte Perdido. Por ello envía a Laurens y Rondo para que exploren si es posible conseguir la cumbre a través del collado de Añisclo. Así lo hacen. Parten hacia el collado de Pineta y es en el valle donde encuentran al pastor aragonés que se unirá a ellos y les mostrara el camino.
Las ordenes de Ramond son muy concretas; subir al collado de Añisclo y desde allí observar si es posible encontrar una via de acceso a la cumbre. Pero ellos animados por el pastor siguen directos y bordean por la cara norte la Punta de las Olas y el Pico de Añisclo, alcanzan un corredor de la cara este del Monte Perdido y subiendo por él, alcanzan la cima.
Es un momento extraordinario, Laurens piensa que los españoles han sido bendecidos por la Naturaleza. Ambos se encuentran sobrecogidos por la imagen de los formidables cañones de Arazas y Añisclo con sus agrestes paredes, los profundos valles de Pineta y Ordesa, El Tobacor la peculiar montaña en espiral, los ríos, las llanuras frente a la Brecha de Roland en las que Rondo reconoce claramente sus lugares de caza. Como dice Michel Sebastien en su libro "Cimas Pirenaicas", "No es extraño que los españoles hayan creado aquí un Parque Nacional"
Desde la cumbre del Perdido, el Cañon de Arazas y a la derecha El Tobacor, la montaña espiral. Rondo y Laurens no olvidaran nunca esta imagen.
Se abrazan emocionados y después de unos minutos más de contemplación de los paisajes, deciden bajar y dirigirse hacia la Brecha de Roland. El pastor que les ha acompañado regresara solo a Pineta.
Por el sur de la montaña van a iniciar el regreso, una bajada que se complica en la zona que a partir de entonces será conocida como "Vía de Las Escaleras", resaltes rocosos que destrepan con mucho miedo. Previamente han debido arrojar parte de su vestimenta y las botas hacia adelante ya que los clavos de las mismas son muy resbaladizos en este terreno.
Es tal el sufrimiento que Rondo jurará que jamás volverá a pasar por allí. De hecho tres años más tarde en 1805, será el primero en subir por el corredor de las Escupidera, desde el collado del Cilindro junto al Lago Helado. Actualmente esta se considera la "via normal" a la cima, partiendo por el lado español desde el refugio de GORIZ.
Cara Sur, canal-corredor de la Escupidera, actual "Via Normal"
Bajando del Perdido, avistamos el Refugio de Goriz, punto de partida de la "via Normal.
Los dos guías llegan por fin a los LLanos de Goriz, cruzan la Brecha de Roland, se despiden y Laurens se dirige a Baréges para informar a Ramond de que han conseguido poner pie en el Monte Perdido más fácil de lo que imaginaban.
Ramond monta en cólera, su indignación no tiene limites. Sus propios guías han desobedecido sus instrucciones y han frustrado su máximo anhelo. El rencor hacia Rondo y Laurens nunca se apagará
El 10 de Agosto, cuatro días mas tarde, Laurens le acompañará hasta la cumbre. Por fin Ramond ha logrado su sueño de encontrar un camino y vencer a la montaña, pero eso no amaina su rencor.
En las crónicas e informes posteriores que escribirá, dejará bien patente la indignación y rencor hacía sus guías. De hecho en todos los escritos deja entrever de forma sutil como que los guías nunca hubieran estado allí los primeros y arrogándose el mérito de la primera ascensión. Llegó a dejar escrito, según relata Jean Buyse
"Envié pues a dos de mis mejores guías a la descubierta y yo les seguí cuatro días después. No me equivoqué en nada; había adivinado la verdadera ruta del Monte Perdido."
A pesar de esta bajeza moral, producida por la frustración, todos los relatos que escribió le hicieron ser muy conocido y sus trabajos supusieron un importante paso en el nacimiento del Pireneismo.
Los miles de montañeros y/o senderistas que desde entonces pisan la cumbre del Monte Perdido, comprenden perfectamente lo que sintieron aquellos primeros pireneistas al contemplar lo que, en su conjunto, sin duda ninguna es El Mayor Espectáculo de Los Pirineos.
Amigo caminante, si todavía no has estado allí, no tardes en hacerlo. Nunca lo olvidarás. ¡Palabra de caminante!